lunes, 31 de agosto de 2009

De dónde viene este arrebato?
Después del abandono nos hemos quedado quietos
Al borde del acantilado.

El miedo nos destruye y reconozco tus ojos
En el horror del pasado.
Hay Tablas que se rompen con los 10 mandamientos
Como una profecía.
Hay que correr, subir la colina,
Desnudar la ciega duda y dar paso a las animas,
Descubrir la verdad y la locura,
El cadáver de los animales,
La tristeza de nuestras manos separadas.

Hemos llegado al punto
Donde se derraman todos los mares
En la tierra plana.
Nos hemos burlado de los dioses
Con nuestros labios de fuego,
Pero la parca está tejiendo su sentencia
Y me teje el dolor del pecho
Con el hilo de tu sangre.

Es verdad que corrimos por el bosque,
Llegamos hasta al mar, nos desnudamos,
Llenos de sed y de hambre,
Pero en nuestros cuerpos había aliento
Para empapar todas las vidas
Que se ha llevado el cancerbero.

Y corrimos, huimos, nos inmolamos,
Ni toda la tierra y la niebla de los días
Fue suficiente para separarnos del abrazo
Y te abracé con fuerza y no sentías frio
porque estabas a mi lado.

Pero ha llegado el desespero,
El ángel viene con su espada de realidad
Y ha atravesado la hilera de delirio
de nuestros cuerpos trenzados.

No hubo tiempo para volver a huir,
Detener el fuego y lavar la culpa con la sal del agua.
Te retuve fuertemente y te pedí que no me dejaras,
Que no murieras por la espada,
Que guardaras con tu beso mi memoria,
Pero la masacre fue tan cruel y ávida
Y sólo en el momento de terror entendí que me amabas.

Grité con el eco infinito de mi alma,
Con la rabia encendida de mi llanto,
Me arrime a tu cuerpo ya inalcanzable como la noche
Pero algo latía en tu pecho y me invito a volar.

Y aquí estoy,
Después de vivir todas las jornadas de los mortales,
He vuelto con la venganza satisfecha
A recuperar tu negro destino.

Otra vez estamos corriendo,
Siempre huimos y nos quedamos quietos
Al borde del acantilado.
Y sabes que en el camino donde corremos
Hay cubiertas de espinas,
Pero al final eres el que pide permiso a los lobos
Y al tenerme, reconoces en mis ojos
La tierra libre para descansar tu alma.

3 comentarios:

  1. Sin palabras... y sin aliento para decirlas.

    Seguiré leyendo, lo prometo.

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  2. Y es bueno saber que después de tanto tiempo, hay otra forma de tener acceso a ti!

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  3. Señorita, bonitas palabras las que le cuelgan de las manos, un saludo.

    Santiago.

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